sábado, 28 de enero de 2012

The Persian Carpet


Después de salir de Algarve, volvimos a Évora unos días, y más tarde a Lisboa, pero a casa de mis otros tíos.


Todo bien, como siempre. Apenas un contratiempo. Cucky seguía en aquella complicada fase de las necesidades. "Donde sea, y a la hora que sea".
Eso pensaría el pobre cachorrito, pero en ésta casa eso era IMPOSIBLE.


Como el título indica, había en el salón una alfombra. Una alfombra sobre la cual si cayese alguna "mercancía" de Cucky... no sería una buena cosa.


Por éste motivo, él tenía algunas zonas de la casa restringidas. 
Su zona habitual era la cocina, y en ella pasaron algunas aventuras.


Algo que merece ser subrayado es una tarde, en la que me fui por la tarde a pasear en Lisboa y quien quedaba en casa eran mi tío y Cucky.



¿Cual fue el resultado de esto? 
Cuando llegué a casa, estaba mi tío tumbado en el suelo de la cocina con el perrito durmiendo a su lado.
Se había quedado toda la tarde (y parte de la noche) jugando con él en la cocina, porque no quería que Cucky se quedase solo. Palabras literales.

Bueno, creo que es verdad que se puede llegar a querer a un animal tanto o más que a una persona. Y sobretodo, este cachorrito, no se qué tiene pero consigue llegar al corazón de todos mis familiares.

Otra historia interesante es la de sus escapadas.

Una noche, mis tíos decidieron hacer una cena con algunos amigos.


Cada vez que se tenía que ir a la cocina a por algún plato o comida, allí estaba Cucky, esperando ansioso en la puerta. Entrábamos en la cocina, y empezaba a celebrarlo. Lo difícil era salir de la cocina, pues las manos iban ocupadas con platos, y no conseguíamos cerrar rápidamente la puerta. Éstas ocasiones, el inteligente perrito las aprovechaba como nadie, y salía entonces disparado al salón, junto con la alfombra.


Con dos meses y poco más, muchos perros, por no decir casi todos, aguantan difícilmente la orina, y Cucky, no era uno menos. Por suerte, cada vez que pasó corriendo por la alfombra no ocurrió nada.


Acababa aquí su estancia en Lisboa.